Esa es nuestra realidad

Somos esclavos de nuestras propias mentiras, porque no nos podemos detener cuando empezamos a entrelazar hechos irreales con la realidad. Nos gusta mentir, está en nuestro statu quo. ¿Qué vamos ha hacer?...Cambiar, eso puede resultar irónico, e incluso hasta inhumano; ya que la ficción es parte de nuestras vidas, siempre andamos ocultando cosas, cambiando versiones de los hechos u ocultando anécdotas bochornosas e impronunciables.Esa es nuestra realidad.

Queremos cambiar, queremos dejar de mentir, pero no podemos hacerlo, nuestras grandes y jugosas tentaciones de "cuentear" a la gente que nos rodea es totalmente incalculable y con demasiadas repeticiones. Esa es nuestra realidad.

Hay momentos en lo que uno quiere cambiar, desea decir la verdad, y tal vez, lo logra, pero ese gran acto de honestidad se va esparciendo y desaciendo de nuestro organismo para luego convertirse en una vil y asquerosa mentira, ya que la situación lo merecía. Esa es nuestra realidad.

Mentir es un deseo que casi nos puede llevar a la propia satisfacción personal, y en algunos casos puede resultar excitante; ya que es una gran conectividad entre el momento humano y la ficción que puede crear, astutamente, la gran mente humana. Algunos se horrorizarán al leer esto y empiezan a proliferar de sus aburrida y conservadoras bocas: La honestidad es una de las virtudes más grandes del hombre. Qué patético suena eso, pero para variar es una mentira más. Esa es nuestra realidad.

La mentira es una cópula entre la ficción y la realidad, entonces la sabía lógica indicaría que la verdad sería mentira. Eso es un enigma humano, no poco cuestionable, pero me daría una diarrea cerebral de tan sólo pensar en su respuesta. Esa es nuestra realidad.

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